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Seguramente alguna vez has dicho
“esto tiene lógica”, “eso es una falacia”, “yo deduzco que…”, cuando usamos
estas expresiones intentamos hacer juicio de algún fenómeno de la realidad que
conocemos. Con ello tratamos de evaluar las argumentaciones de algún discurso o
diálogo coloquial para identificar si carece, o no, de orden. Este
discernimiento responde a nuestra capacidad humana de hacer uso del
razonamiento para interpretar algunas situaciones y sacar conclusiones de cómo
deberían suceder los acontecimientos para que sean válidos. La lógica forma
parte de nuestra dinámica reflexiva cotidiana y profesional de alguna u otra
manera.
El día 17 de octubre del 2019, en
París, la UNESCO declaró como Día Mundial
de la Lógica el 14 de enero. Este día fue elegido en conmemoración del día
de nacimiento y muerte de dos de los más grandes exponentes de la Lógica en el
siglo pasado (XX): Alfred Tarski, quien nació el 14 de enero del 1902 y Kurt
Gödel, fallecido el 14 de enero del 1978; este último era un íntimo amigo del
destacado físico Albert Einstein, con quien hacía largas caminatas y sostenía
diálogos amenos. Para entender las razones de la UNESCO en dedicar un día a la
celebración de la lógica, tomemos dos de las notas explicativas que aparecen en
la declaración (puntos 2 y 3):
2. Desde sus
primeras formulaciones, la lógica desempeñó un papel importante en el
desarrollo de la filosofía y las ciencias. Más recientemente, la lógica matemática
moderna, tal como se concibió en el siglo XIX, ha tenido una profunda
influencia en la práctica de la filosofía y en la percepción de la naturaleza
de los problemas filosóficos, con implicaciones para campos del conocimiento
tan diversos como las matemáticas, la física, la lingüística, las ciencias informáticas,
las ciencias cognitivas, la economía y la ingeniería, entre otros. La lógica también
es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías como la inteligencia
artificial. Vivimos realmente en un mundo marcado por la lógica.
3. A pesar de
su innegable relevancia para el desarrollo de los conocimientos, las ciencias y
las tecnologías, existe poca conciencia pública sobre la importancia de la lógica.
La proclamación de un día mundial de la lógica por la UNESCO, en asociación con
el Consejo Internacional de Filosofía y Ciencias Humanas (CIPSH), tiene por
objeto señalar la atención de las comunidades científicas interdisciplinarias y
del público en general la historia intelectual, la importancia conceptual y las
implicaciones prácticas de la lógica.
Las declaraciones de la UNESCO
reflejan de forma general la importancia de la lógica y por qué es necesario
que en nuestros tiempos se dedique un día a ella. Cabe destacar, que el
escenario de progreso que ha suscitado este siglo XXI tiene como fundamento conclusiones
derivadas del campo de la lógica, ya sea en el desarrollo de la ciencia, la
tecnología y la innovación.
La lógica es considerada una de
las ramas de la filosofía, pero su relación con las matemáticas la ha hecho
parte intrínseca de esta. La filosofía y la matemática han usado los análisis
inferenciales de la lógica durante siglos, generando nuevos conocimientos que
han gestado nuevas ciencias. Asimismo, desde los postulados aristotélicos, y
gracias a las escuelas antiguas en China e India, aunado a la intervención de
grandes filósofos de la ciencia y matemáticos, la lógica ha venido
evolucionando en áreas específicas como la lógica matemática, lógica formal,
lógica simbólica, entre otras. También existe la lógica informal, que es la que
está representada por lo cotidiano, o como su nombre lo indica: la informalidad
con las que las personas reflexionamos de forma natural. Este sistema, pese a
sus características, también tiene gran importancia para la lógica científica.
En conclusión, el establecimiento
del Día Mundial de la Lógica agrega valor a las actividades académicas en
cuanto a la divulgación de una ciencia que es inherente a nuestro quehacer
científico y humano. La apropiación por las universidades de una celebración
como esta, en consonancia con la propuesta de la UNESCO, dará mayor visibilidad
a esta ciencia, y a la vez servirá para crear espacios de reflexión y formación
de personas más críticas, más conscientes, más
lógicas.
Quizás en alguna ocasión ha escuchado
a alguien decirle a otro, o posiblemente tú lo has dicho, “no teorices”. Esto
puede ser irritante para alguien que intenta compartir alguna idea, pero aún
más para un niño que está tratando de organizar sus ideas en un intento de
estructurar las informaciones que circulan en su pequeño cerebro. La interrogante
que nos sugiere tal acción es ¿de dónde nace la idea de bloquear a los demás de
esta forma? Posiblemente no sabremos su génesis, pero si sabemos que los que la
usan no tienen idea de lo que es “teorizar” realmente.
En estos párrafos no nos centraremos
en explicar en profundidad que es “teorizar”, no vaya a ser que alguien redunde
diciéndo, “no me teorices”. Lo que trataremos es de ver como en la niñez la
acción de teorizar, si así se puede llamar, demuestra ser una capacidad
humana para entender y comunicarnos con el mundo que nos rodea y como
algunos de los más grandes pensadores de la historia han sabido aprovechar la
voz de los infantes para plantear sus teorías sobre el conocimiento y aumentar
su creatividad. Por último, concluiremos reflexionando algunas de las razones
por la que actualmente se les cohíbe a los niños de tan bella virtud.
Siendo profesor de un colegio en el
que les impartía clases a niños de diferentes edades, recuerdo que varios niños
iban al salón de profesores a buscarme para hacerme preguntas o contarme
inquietudes que me dejaban pensativo todo el día. Pero también recuerdo
claramente como varios profesores les impedían acercarse a la puerta del salón
y les echaban profiriéndoles expresiones humillantes, alegando que estaban en
su hora libre y no iban a escuchar tonterías de niños. De estas experiencias
hacen ya trece años y cada vez me convenzo de que debemos sacar tiempo para escuchar
a los niños. Puedo decir que no he estado solo en esta tarea, hace mucho tiempo
grandes pensadores de diferentes áreas del conocimiento ya lo hicieron.
La ingenuidad y la criticidad que
coexisten en el cerebro de los niños es sorprendente. Es una batalla que, a
veces, los adultos ignoramos y somos atrapados infragantis cuando el
nivel crítico del niño trasciende su ingenuidad en la observación de hechos y
realidades incoherentes que reflejan algunos relatos que les intentamos
infundir. Entre estas observaciones podemos citar las historias sin sentidos de
los cuentos infantiles, las incoherencias religiosas, las mentiras mal fundadas
que los padres les tratan de inculcar, etc. El silencio del niño, por respecto
al adulto, no explica que su cerebro este en un estado pasivo, sus reflexiones
en algún momento les harán estallar, ya sea a través de acciones concretas que
desmientan lo que les contamos o por la forma como este interprete la realidad
y construya su personalidad en sumisión o rebeldía.
Jean Piajet, Simung Freud, Jean J.
Rosseau, John Holt, entre otros, desarrollaron sus más grandes aporte a la
psicología y pedagogía desde la observación de los niños. Picasso se atrevió a
decir que, “Me tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida
aprender a dibujar como un niño”. El minimalista cerebro de los niños, libre de
la contaminación de información producto de los años que tenemos los adultos,
los convierte en un terreno fértil para la creatividad y el desarrollo
constante de novedades, algo que los adultos obviamos enredados en nuestros
afanes.
El ejercicio de escuchar a los niños
puede ser terapéutico para los adultos. Los profesores nunca serán maestros si
no se sientan a escuchar las historias y cuentos que los niños recrean en el balbuceo
que emana de su inocente pensamiento. En la investigación pedagógica y
psicológica es considerado fundamental escuchar a los niños, sin embargo, en el
diario vivir cuando ésta se hace sabiamente puede ayudarnos a identificar
elementos que los adultos desconocemos y que pueden ser nos útil para entender
mejor nuestro mundo, la interacción con ellos y la mejora de nuestra calidad de
vida.
Cabe aclarar, que el silenciar a los
niños es una de las manifestaciones de las sociedades patriarcales, en donde
las mujeres y los niños son inferiores a los hombres. Esta actitud se sigue
reflejando en algunas sociedades actuales. Silenciar la voz de los niños, como es en el
caso extremo de esas sociedades, es una violación a uno de los derechos
fundamentales de la niñez. Este es un tema que amerita mayor profundización,
pero hay ciertas obviedades que suelen pasarse por alto en sociedades que profesan
estar articuladas como “estados libres”.
Niños teorizando, escucharlos es cosa de sabio
Manuel Madé
enero 22, 2019
Este breve artículo está basado en la publicación que hicieron Paul A. David y Dominique Foray para la Organización de Estados Iberoamericano (OEI) con el tema, “Una introducción a la economía y a la sociedad del saber”*. Analizaré como el conocimiento a través de la innovación y creación lleva al crecimiento económico y como este se puede convertir en un potencial importante para la inversión en investigaciones más amplias que produzcan nuevos conocimientos. Es una especie de interacción cíclica entre la inversión en generación de conocimiento, la innovación y crecimiento económico.
Después de leer el artículo y ver como se da la dinámica entre el saber y la economía, que el tema “introducción a la sociedad del saber cómo fuente de crecimiento económico” seria más adecuado o encajaría mejor, siendo que el conocimiento es primero (en cualquier sentido que se estudie tradicional, artístico, científico, tecnológico, histórico, etc.) y la economía es la resultante de él. David y Foray plantean que desde su evolución fundamental no debe ocultar la importancia creciente de las actividades de ciencia y tecnología. Si la economía fundada en el conocimiento no debe reducirse a la alta tecnología, los nuevos sectores, que han producido un fuerte efecto de arrastre desde hace algunos decenios al impulsar la tasa de crecimiento medio de toda la economía, se caracterizan por cierto centralismo de la ciencia y la tecnología (farmacia e instrumentación científica, tecnología de la información y de la comunicación, aeronáutica, nuevos materiales). Este posicionamiento pareciera ingenuo, aunque no lo es, pues mientras más claro tenemos cual debe priorizar en el estudio sabremos mejor el camino que debemos recorrer. Invertir en el conocimiento es fortalecer la economía.
El desarrollo del conocimiento que el Siglo XX generó ha sido uno de los motores (turbinas) más potente que la historia del saber humano ha tenido, los descubrimientos e invenciones que se hicieron servirán de sustento por muchos años y a las próximas generaciones. Sin embargo estos conocimientos para mantenerse robustecidos tienen que ser alimentados, las naciones, culturas, sociedades o empresas que se apropien de ellos e innoven sobre sus bases serán las afortunadas de esta y las próximas generaciones. David y Foray manifiestan:
Ahora bien, gran parte del capital intangible está constituido por inversiones en capacitación, instrucción, actividades de I y D, información y coordinación, es decir, por inversiones consagradas a la producción y a la transmisión del conocimiento. La otra gran partida del capital intangible corresponde a los gastos en salud, es decir, a inversiones que mejoran las características físicas del capital humano. En los Estados Unidos hacia 1973 las reservas de capital intangible - consagrado, por consiguiente, a la creación de conocimientos y al capital humano - superan a las reservas de capital tangible (infraestructuras y equipos físicos, existencias, recursos naturales).
Esta aclaración nos llevan a entender que las inversiones en la producción de conocimiento humano tiene mejores garantías que cualquier otra en el sector productivo. Es obvio que estas inversiones implicarán una cuantiosa suma del capital disponible (total) en la investigación y desarrollo de innovaciones en cualquier dimensión que se quiera hacer. Pero está demostrado que las revoluciones que producen las innovaciones son retributivas y no solo en el ámbito económico sino también en el ámbito social y cultural (esta posicione la mantienen la mayor parte de los pensadores sobre el tema: Schumpeter, Quintanilla, Godin que llevo el concepto de innovación a la esfera mercantil, Drucker, etc.).
Conocimientos para la innovación
No todo “conocimiento” es innovador (aunque sea nuevo para algunas personas) ni produce frutos económicos, este tipo de conocimiento le podría llamar novedad circunstancial. Pero nos interesa, en esta parte y para los fines que perseguimos el que tiene fines determinantes para el crecimiento económico, ósea conocimiento pragmático. Existen diferentes formas de adquirir conocimiento y producirlo, pero el conocimiento que tiene plusvalía para las innovaciones es un conocimiento codificado y objetivo, el cual demanda un rango alto de cognición sobre lo estudiado, es muy diferente al torrente de información que se adquieren a través de las redes o los medios de comunicación en la sociedad actual.
David y Foray distinguen el conocimiento de la información, de manera que poseer conocimientos, sea en la esfera que sea, es ser capaz de realizar actividades intelectuales o manuales. El conocimiento es por tanto fundamentalmente una capacidad cognoscitiva. La información, en cambio, es un conjunto de datos, estructurados y formateados pero inertes e inactivos hasta que no sean utilizados por los que tienen el conocimiento suficiente para interpretarlos y manipularlos. Esta diferencia asume todo su sentido cuando nos interrogamos acerca de las condiciones de reproducción del conocimiento y de la información. Si se quiere lograr innovaciones importantes deben crearse políticas claras sobre el tipo de conocimiento que se quiere desarrollar en la sociedad, tomando en cuenta el costo que esto implicará debe encausarse con efectividad.
El conocimiento y la economía
En esta parte David y Foray van a identificar como la sociedad del saber que domina las esferas públicas y privadas hacen posible la producción de conocimiento a un menor costo. Alegan que: “Hay casi una paradoja de la memoria puesto que nuestras sociedades tienen a su disposición tecnologías de almacenamiento y memorización que nunca han sido tan potentes, mientras que su memoria parece amenazada”. Estos cambios tecnológicos que se han producido en las últimas décadas han reconfigurado la manera de pensar, vivir y organizarse las sociedades, convirtiéndose en una parte más en el conjunto tecno-mundo produciendo conocimiento casi sincronizado con el fluir de las informaciones. Todo este aparataje se convierte en una oportunidad económica – en tiempo y en recurso – para la sociedad.
El aprovechamiento estratégico de estas fuentes (informativas) aplicadas a las investigaciones científicas tecnológicas y la divulgación de las mismas, produciría una disminución significativa en las inversiones económicas de I+D+i. Para las instituciones, las empresas, las sociedades, etc., a medida que se hace más grande el cúmulo de información el torrente por donde transitan se expande (la Internet, los medios de comunicaciones aumentan su nitidez) dándoles posibilidades más económica para la adquisición de ellas. Estas informaciones decodificadas generan descubrimientos que ayudan a la producción de conocimientos.
Por último, a pesar de la brecha digital y escasez de recursos que existen en el mundo, podemos decir que los países en vía de desarrollo que más han escalado en las competencias del mercado internacional, ha sido porque han aprendido a aprovechar el conocimiento, invirtiendo y potenciandolo como principal recurso para la innovación convirtiéndolo en un producto que hay que incrementar y monitorear. Aunque es inconmesurable (no se pueda medir) el conocimiento de una nación, los resultados pueden verse en a través de sus innovaciones e impacto económico mundial. En cierto sentido el conocimiento que debe desarrollar el estado ha de ser pragmático.
*Para leer el artículo: http://www.oei.es/salactsi/david.pdf
La inversión en el conocimiento tiene retornos favorables
Manuel Madé
marzo 16, 2018
El desarrollo de la inteligencia y la capacidad creativa de la humanidad han intentado desde hace milenios emular la naturaleza y jugar a ser dioses. Esto se puede ver en los jeroglíficos, representaciones pictóricas y arquitecturas de las civilizaciones antiguas tales como la egipcia, sumaria, babilónica, china, etc. Igualmente esta capacidad creativa ha servido para diseñar formas de escapar de este mundo a cualquier otro espacio físico o metafísico, los cuales reflejan el temor humano desde la antigüedad hasta nuestro tiempo a la posibilidad de la extinción de este planeta deteriorado y amenazado por artefactos cósmicos o a las diversas situaciones de la realidad social en las que se puede vivir. De ahí que la expresión, "cualquiera se sale de este mundo", oculta algo más que un instinto suicida. Puede ser producto del anhelo de pasar a otro mundo que suponemos existe, aunque no tenemos evidencias tangible de el, pero que en nuestros sueños y leyendas ancestrales si.
Este pensamiento ha evolucionado y el deseo de acceder a algún espacio astral sin ningún ritual místico o mágico se ha hecho cada vez más evidente. Algunos físicos teóricos plantean que vivimos en un mundo paralelo con otra realidad física que aún no podemos atravesar porque no tenemos la tecnología para hacerlo en la actualidad, pero que en un futuro podría ser posible.
La ambición y esfuerzos conjuntos de diferentes ciencias y tecnologías han hecho posible que las personas puedan visitar entornos virtuales diseñado tridimensionalmente que son capaces de afectar el cerebro más allá de lo temporal. Los experimentos con realidad virtual, realidad aumentada y simuladores han demostrado que las experiencias a la que se pueden someter los individuos virtualmente pueden modificar las respuestas del cerebro frente a la realidad tangible. De manera, que aunque no sé ha podido escapar totalmente de este mundo como lo soñaban los antiguos se han dado pasos que tienen resultados impresionantes y que aún los expertos plantean que estamos en los inicio de una revolución mayor.
La primera vez que vi a una persona usando unas gafas de realidad virtual, pude observar detenidamente a los que se divertían mirando al individuo gritando y haciendo movimientos erráticos en un espacio vacío y a la vez se fascinaban de asombro mirándolo inmerso en un mundo que ellos desconocían. Mi percepción fue observar personas en dos mundos distintos simultáneamente: uno virtual y otro tangible, pero ambos respondían igual físicamente a la escena que sus sentidos captaban. Viéndolos desde los comportamientos que reflejaban, puedo asegurar que no existía diferencia en ambos, solo que la experiencia del que usaba las gafas era temporal.
Efectivamente, esta observación elemental forma parte de varias técnicas controladas que se han estado aplicando para modificar la conducta y la respuesta humana en diferentes circunstancias. Los simuladores y la realidad virtual recrean experiencias que aplicadas repetidas veces reconfiguran el comportamiento humano. La supresión de las fobias, el entrenamiento militar, los viajes en el tiempo y a lugares desconocidos y fantásticos son algunas de las aplicaciones que se le ha venido dando a la virtualidad.
Aprovechamiento en la educación
Saliendo de los aspectos filosóficos y pasando a la parte pedagógica, los viajes espaciales a través de las constelaciones y creación de universos virtuales son algunas de las experiencias lúdicas pedagógicas que se están usando en la educación. Las visitas a museos y lugares arqueológicos hacen que la vivencia de leer, viajar y ver estén simultaneamente en un mismo lugar. La virtualidad es otra posibilidad para el desarrollo cognitivo en los alumnos si se adopta con una base metodológica adecuada.
Las experiencias virtuales a pesar de ser un fenómeno de la tecnología en las últimas décadas, hay muchas iniciativas por parte de empresas e instituciones que están apostando a su utilidad educativa. Tecnológicamente diseñar programas educativos con las metodologías apropiadas, como hemos dicho, que integren estas herramientas puede tener efectos favorables para niños con problemas de aprendizaje y especiales. Podrían servir de reforzamiento para fijar la información que les servirán a los alumnos en la producción de aprendizaje efectivo.
Aplicar la realidad virtual en la educación no deja de tener sus desafíos como cualquier tipo de recurso o herramienta que se quiera integrar al proceso de enseñanza aprendizaje. No se puede escatimar la falta de competencias básicas en las TIC de los maestros reflejadas en varios estudios hecho por organismos locales e internacionales para agregar otra tecnología que exige mayores recursos técnicos y económico. Por tal razón, se necesitan estudios previos para identificar en cuales lugares y en cuales sujetos se pueden aprovechar eficientemente. Si no se aplican con conciencia serian otro juguete más para el salón de clase sin ningún efecto pedagógico o terminarían en los almacenes de cachivaches de los centros educativos.
Publicado en el periodico Hoy: http://hoy.com.do/la-virtualidad-mas-alla-de-lo-temporal/
La virtualidad más allá de lo temporal
Manuel Madé
marzo 05, 2018